Hoy le comentaba a una amiga, que, después de tanto tiempo cargando con incertidumbres, llega un momento en que mi ser me pide paz y estabilidad. Demanda mucha energía llevar el día a día sin saber hacia dónde va tu vida, qué estarás haciendo dentro de X tiempo o cuál es el propósito de tus acciones... Me pregunto si esa soñada estabilidad no será más que una ilusión, una utopia creada por nuestro subconsciente, no contento con el presente, y que quiere creer que hay algo más. Porque en realidad somos seres cambiantes a cada momento, como dice el budismo, y apegarse a algo fijo y estable en el tiempo no tiene sentido.
He avanzado mucho en el camino de la calma mental, pero el camino de la calma espiritual se presenta mucho más largo y difícil...
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