Antes de irte a la cama intenta pensar en tres cosas buenas que te han pasado o que has visto durante el día. Pueden ser cosas muy simples como un bello atardecer, una persona anónima cantando por la calle o una comida que te ha gustado... o cosas más profundas/difíciles como recibir unas palabras de sincero agradecimiento, perdonar a una persona que nos hirió en el pasado o resolver un problema complejo.
Ahora vamos a hacer un análisis de estas cosas buenas a nivel emocional y a nivel físico....
A nivel emocional intentamos ver cómo nos hace sentir esa cosa buena... Identificamos los detalles de la emoción... nos sentimos orgullosos? en paz? nos entran ganas de sonreir? Te sientes arropado, alegre, reconfortado, seguro? Busca cada una de esas sensaciones al evocar la memoria de ese recuerdo. Céntrate en cómo hace desaparecer la tensión y disminuir tu nivel de ansiedad.
Por último concéntrate en las reacciones que provoca ese recuerdo a nivel físico... Te sientes más liger@? Visualiza en tu cerebro la liberación de endorfinas y la activación de los receptores a nivel neuronal. Siente cómo tus neuronas aprenden o re-aprenden un nuevo comportamiento. Añade este conjunto de reacciones biológicas a tu lista de patrones cotidianos. Algo que podemos repetir en cualquier momento.
Cuando repitas este ejercicio regularmente, ya no verás extraña la emoción de la alegría, sino que será una más en tu biblioteca de emociones.
(Photo by Bekka Mongeau: https://www.pexels.com/photo/white-printer-paper-22221/)