En apenas un año y poco he pasado por dos situaciones de "no aceptación de la realidad" que yo comparo de forma metafórica con la hipotética situación de un espíritu que mantiene el apego por su vida y no es capaz de aceptar su propia muerte. Efectivamente somos seres en continuo cambio como dice el budismo, a cada instante nuestro cuerpo cambia, pues está formado por minúsculas partículas sub-atómicas que están en continuo movimiento. Luego estrictamente hablando no somos la misma persona a lo largo de nuestra vida, no somos seres "estáticos". Sin embargo, existe una cosa también en la ciencia llamada inercia, o resistencia al cambio. Curiosamente, algunos seres humanos más que otros, sentimos quizás un miedo latente (yo diría casi genético) a situaciones que no tenemos almacenadas en nuestro fichero mental de "lo cotidiano", y de forma automática estas situaciones entran en la categoría de entornos desconocidos. Quizás por esta inconsciente limitación a veces en nuestra vida pasamos por momentos en los que no estamos con la mente donde en realidad deberíamos estar. Me explico, se produce un cambio en nuestra vida pero nosotros seguimos anclados en lo viejo conocido, no queremos aceptar la realidad y nos aferramos con anhelo a esa "vida anterior", porque la nueva vida nos llena de inseguridad y porque tenemos miedos (los reconozcamos o no) que nos impiden evolucionar. Como he dicho es igual que si un muerto no quisiera aceptar que está muerto e intentara seguir comportándose como si estuviera vivo, y paseara como un fantasma por su casa, no queriendo ver que es una situación absurda e irreal. A algunos vivos también nos pasa, preferimos lo conocido a lo nuevo, sólo vemos lo positivo del pasado y lo negativo del presente, y esto puede llegar a paralizarte. Somos humanos, podemos equivocarnos en nuestras decisiones y en ocasiones también podemos rectificar, pero lo que no tiene ningún sentido es tratar de mantener una forma de vida que ya no encaja con tu realidad. Esto supone un gasto extra de energía, porque es antinatural. Por suerte contamos también con otra herencia primigenia que es la capacidad de adaptación a nuevos ambientes, así que simplemente debemos centrarnos y enfocar nuestras fuerzas en esta cualidad, para avanzar; esforzándonos en dejar la inercia y los miedos atrás porque distorsionan nuestra visión.
Por experiencia propia hablo, por eso quiero compartirlo y ayudar a otras posibles personas que puedan pasar por situaciones parecidas. Cuando nos sentimos estancados siempre hay algo detrás, probablemente algún miedo que no aceptamos tal vez de manera inconsciente pero que si analizamos nuestros comportamientos, descubriremos el autoengaño. A veces hay que tirar lo viejo para dejar paso a lo nuevo, como dice el Feng Shui.
1 comentario:
Respuesta en el blog de Punset
http://www.eduardpunset.es/8254/apoyo-psicologico/cambiar-el-punto-de-vista-ante-el-miedo-al-fracaso
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