lunes, 23 de agosto de 2010

Volvemos con... Inteligencia Emocional

(extracto de Yen Gálvez)
Saber y sentir unidos en un mismo concepto. La capacidad del ser humano de enlazar momentos, recuerdos o deseos... con el sentimiento más acuerdo. Y es que somos tan moldeables como la plastilina. Formas perdidas que buscan encontrar su punto de partida.
Nacemos con el deseo de aprender... y de nuestro entorno captamos las ideas. Luces que alumbran la ignorancia, recalcando en ella nuestros fallos, faltas o malacia (he buscado esta palabra en la RAE porque me sonaba rara y me ha dicho que es: Perversión del apetito que consiste en el deseo de comer materias extrañas e impropias para la nutrición, como yeso, carbón, cal, arena, tierra u otras cosas). Buscando el punto culmen del conocimiento, que es la capacidad de controlar nuestros pensamientos. El poder de sufrir menos... sonreir más... vivir al menos...
Y en el último de nuestros estados, cuando la experiencia nos madura, seremos capaces de sentirnos relajados. Seremos capaces de darle sentido a cada uno de nuestros actos. Capacitados de controlar el dolor de nuestro pasado, y convertirlo en esperanza en nuestro futuro. Y en el último de nuestros tropiezos... sentirnos completos... llenos... pero sobretodo amados...
Y pensad en este conocimiento: ¿Acaso no os gustaría volver a sentir aquel momento? ¿Volver a revivir el mirar al firmamento? Tan fácil como relacionar esa reflexión con un sentido, con un objeto... y cuando queramos revivirlo, tocarlo, sentirlo o simplemente... dejarnos llevar por el tiempo.
Cuando estés más relajado y contento, relaciónalo con un pensamiento.. siempre te sentirás mejor al evocarlo desde el recuerdo.

Bueno a ver... vamos a aclarar algunos puntos de vista (a parte de la extraña palabra que a mi entender intentaba decir maldad...). Lo de que somos moldeables si estoy de acuerdo, nos afectan los hechos que vivimos, lo que oimos, lo que comemos, lo que olemos... nuestro entorno nos moldea queramos o no. También creo que es cierto lo de asociar sentimientos con ideas o recuerdos del pasado, pero el punto culmen del conocimiento con el control total de nuestros pensamientos creo que es una utopía, podemos darle un sentido a  cada uno de nuestros actos pero a veces con el tiempo vemos que tenía otro bien distinto a lo que habíamos pensado, así que siempre hay un porcentaje de nuestro conocimiento que escapa a nuestro control.
El dolor del pasado cierto que con el tiempo se suaviza y cuando lo superamos somos capaces de evocarlo y de sentir otros sentimientos más sanos que los originales. Coincido en la importancia de sentirse amado, como seres sociales que somos y en lo de guardar en el armario imágenes felices de nuestra vida, que podamos ir a buscar cuando soplen vientos menos favorables... lo que me ha recordado una bella frase que leí una vez... "No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino"... aunque para eso hay que saber primero cuál es nuestro destino jajaja

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