viernes, 24 de diciembre de 2010

Meditación en tres fases


Hay un ejercicio de meditación que alguna que otra vez he practicado que consiste en la asociación de ideas con la respiración, de manera que al expirar recreas emociones negativas (ira, tristeza, odio, pesimismo, …) para imaginar que salen de ti y al inspirar reproduces emociones positivas (alegría, amor, ilusión, optimismo…) para llenarte de energía. Sin embargo llegué a la conclusión de que era un cambio muy brusco en tan poco tiempo (como un ciclo de respiración) pasar de sentir emociones negativas a emociones positivas de manera que al final resulta un ejercicio poco efectivo. Así que se me ocurrió dividirlo en dos ejercicios diferentes y separarlos con otro ejercicio intermedio para darnos tiempo a pasar del mal al bien. Estas tres fases de esta meditación serían:
  1.  Fase de eliminar lo negativo: mantener la respiración tranquila a nuestro ritmo y luego cada vez q echamos aire, recrear sensaciones e ideas negativas como odio, rencor, dolor, pena, desilusión…  y sentir que salen fuera de nosotros. Esta fase trata de limpiarnos un poco de estas sensaciones incómodas que podemos haber creado nosotros o habernos contagiado un poco con la gente que hemos tratado recientemente.
  2. Fase de neutralidad y equilibrio: una vez hemos vaciado de emociones negativas nuestro interior, vamos a mantener un estado de equilibrio, intentando vaciar nuestra mente de pensamientos, ni negativos ni positivos. Se trata sólo de estar agusto contigo mismo, pudiendo observarte tranquilamente y disfrutando de la paz que da descansar de tanta generación automática de ideas. No tenemos por qué estar siempre pensando en algo.
  3. Fase de llenar con lo positivo: por último volvemos a centrarnos en la respiración, sólo que ahora cada vez que inspiramos y tomamos aire, vamos a recrear ideas y emociones positivas: amor, alegría, capacidad, ilusión, perdón,… tratando realmente de sentirlas y ver como nos inundan por dentro. Poco a poco nos notaremos con más energía y se dibujará una sonrisa en nuestra  cara. Vamos más lejos, proyectando estas emociones en nuestro futuro próximo y lejano.
Espero que os vaya bien la práctica, porque en mi caso ha sido muy reconfortante. A partir de ahora pienso hacerlo en lugar del ejercicio original que me habían enseñado.

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