He tenido a lo largo de mi vida experiencias en las que me he sentido atacada por ser diferente. En la infancia por ser más lista, por no ser tan guapa,... y luego por no seguir la corriente. Por mucho tiempo he hecho cosas o pensado cosas porque eso era lo que se esperaba de mí. Mi primer despertar fue a los 12 años cuando descubrí que no sentía a ese Dios de la forma que me estaban vendiendo en la iglesia cuando hice la comunión y tuve que aprenderme un montón de frases religiosas que no entendía, porque por mucho que digan, el cerebro de un niño no está preparado para asimilar conceptos espirituales tan elevados.
A partir de entonces decidí ser y actuar más acorde a mis pensamientos. Si algo no me gustaba, no iba a hacerlo sólo por contentar a mi familia, amigos o la sociedad, o sentirme más adaptada. Me da igual que la gente diga que es normal que al principio no te guste el café, por ejemplo, pero luego te acabas acostumbrando, si no me gusta, no me gusta y punto, ¿por qué tengo que forzarme a cambiar para ser igual que "la mayoría"?
Así he ido tomando decisiones en mi vida siempre buscando mantener mi libertad de pensar y actuar diferente a los demás, y esto me ha llevado a ser el punto de mira de muchas personas, que simplemente no aceptan o se sienten amenazadas cuando alguien va a contracorriente. ¿Por qué tengo que matar mi derecho a decir 'No' sólo para contentar a los demás, cuando mi decisión no hace daño a nadie? Si yo respeto que tu tengas pensamientos diferentes a los míos, incluso cuando no estoy de acuerdo con ellos, ¿por qué la gente tiene la necesidad imperiosa de juzgar mis actos y opinar lo que es mejor para mí?¿por qué esa vieja manía de "cristianizar" a los considerados como "perdidos"?
Por muchos años me he callado cuando me han atacado injustamente, por ejemplo cuando fui vegetariana o incluso ahora cuando no hago cosas por compromiso. Sin embargo, ya me he cansado de matar lentamente así mi autoestima, y dejar que otros me humillen simplemente porque sienten miedo. Miedo a cualquier figura que ponga en duda sus "incuestionables" dogmas.
A partir de ahora pediré respeto cuando me sienta amenazada, cuando perciba rechazo porque no me comprenden, cuando mis decisiones sean siempre consideradas peores que las del atacante..... Sí, somos diferentes, pensamos diferente y nuestras circunstancias, experiencias y culturas no son las mismas. Yo estoy dispuesta a aceptarte como eres y a no juzgarte, ¿y tú?
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