A veces me doy cuenta de lo difícil que es encontrar a gente capaz de hablar abiertamente de las emociones, ya sea de las propias o de las del prójimo. Cuando he tenido la necesidad de exteriorizar una emoción delante de otras personas, me he encontrado con que a veces prefieren mantener el silencio, ignorar la conversación y no hablar del tema. ¿Por qué? Independientemente de que tengan más o menos interés en mis sentimientos, veo que estas personas normalmente se sienten incómodas hablando de emociones. Incluso cuando he probado directamente a preguntarles por las suyas propias, la reacción ha sido parecida. ¿Tiene miedo la mayoría de la gente a hablar desde el corazón? Ahora entiendo por qué tantos seres humanos necesitan acudir a un psicólogo... porque en nuestro entorno de familiares y amigos es difícil encontrar a gente capaz de escuchar y compartir las emociones.
(Photo by Sem Steenbergen from Pexels)
Resulta divertido que viniendo como venimos de los monos, animales sociales por naturaleza y que viven en grupos, la sociedad nos esté transformando en seres aislados y solitarios. Precisamente en esta era de la globalización y las conexiones virtuales que ahora vivimos, se hace más evidente la soledad tan profunda que mucha gente del primer mundo sufre.
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