Pues si, hoy he empezado a sentir por fin de verdad aquello de que "no necesitas un mañana para ser feliz", algo que nos pueden decir nuestros amigos, nuestra familia, nuestra pareja,... incluso podemos repetírnoslo nosotros como un mantra mentalmente, pero hasta que no lo interiorizamos y realmente lo sentimos, no nos sirve. Hay que hacer un esfuerzo diario por valorar lo que tenemos justo en este momento y disfrutarlo. Alegrarnos por las pequeñas metas que conseguimos cada día, y aceptar también nuestros fallos, pues somos ante todo seres humanos y podemos cometer errores, equivocarnos... Lo importante es recordar que nuestra verdadera felicidad no debemos situarla en aquello que dejamos de tener o queremos tener, en las aprobaciones de los demás o desaprobaciones, tenemos que permitirnos ser felices con nuestra realidad de ahora y nuestra forma de ser hoy. Debo saber quién soy para primero aceptarme, y luego intentar mejorar en lo que quiero cambiar.
La vida es un continuo aprendizaje, en el fondo seguimos teniendo dentro de nosotros a ese niño que a veces se asusta, por eso debemos buscar también al adulto que llevamos dentro para consolarlo, y ayudarlo a seguir creciendo sin miedo.
Quiero, puedo, merezco.
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