Un anciano se sienta en la mesa de un café. Un camarero se le acerca y después de explicarle el menú le pregunta qué desea: "Deseo -responde el viejo- tener un deseo". Este episodio narrado por los hermanos Goncourt en su espléndido "Diario", escrito en la última mitad del siglo XIX tras observar el comportamiento de sus congéneres, resume un estado que desde el principio de la vida está latente en nuestro interior: es el estado de la desmotivación. El desdeseo.
Descubrir que un día no tienes deseos puede ser el inicio de una gran depresión; la caída al precipicio del aburrimiento y el abandono; el no encontrarle sentido a la vida. Porque sin motivación, por más inteligencia que tengamos, nos quedamos paralizados. El deseo es un motor que nos impulsa a avanzar, investigar, sabernos útiles, inteligentes, atractivos y hasta necesarios. Hablamos, abrazamos, besamos, argumentamos... porque nos empuja un deseo. A veces es un deseo primario, como satisfacer una necesidad; otras es querer sentir o hacer sentir, sabernos aceptados y amados, capaces de construir y crear nuevas ideas.
(Angela Becerra)
Umm todo esto lo he discutido en no pocas ocasiones con personas que como yo a veces hemos padecido este fastidioso "desdeseo", por eso me quedo con ganas de que fuera más largo, así que voy a extenderlo aportando mi propia reflexión basada en mi propia experiencia...
La motivación, la ilusión, el deseo... se supone que siempre nos ha salido de forma natural, pero cuando por diversos motivos un día te levantas y ves que no te acompaña te preguntas, cómo ha estado funcionando entonces todo este tiempo sin yo programarlo? qué mecanismo activa estos impulsos? Está claro que no sirve la ley de la fuerza, es decir, no te puedes forzar a que te guste, o te motive hacer algo, no puedes mandarle una orden al cerebro, igual que la mandas cuando quieres recoger un objeto de una mesa, pues evidentemente hay más cosas detrás. Este complejo concepto mucha gente nunca se lo cuestiona en la vida, afortunados son, pero otros muchos nos encontramos en un momento dado de la vida con la fatídica pregunta, y puede generar ansiedad el no encontrar una respuesta a ese sentido. Mi consejo es que no existe respuesta, respuesta absoluta digo, porque en realidad somos seres muy complejos y conforme vamos madurando y acumulando recuerdos, alegrías y tristezas, siempre y repito siempre, podemos inclinar la balanza hacia donde queramos, porque encontraremos cosas positivas y cosas negativas. No hay que buscar "LA ILUSION" de la vida con mayúsculas porque no existe, tan sólo tenemos breves momentos, pequeñas acciones que nos van impulsando en el día a día, y esas pequeñas ilusiones son suficientes para hacer que la rueda gire, no hay que buscar más, porque la verdadera motivación es una cadena de pequeñas metas que vamos construyendo poco a poco. Así que recomiendo a todos aquellos que en algún momento se sientan perdidos en ese desdeseo, q empiecen de nuevo por la base, por el principio de la cadena, a construir pasito a pasito y con pequeñas cosas, su historia. No hay que rendirse a la inercia, abre bien los ojos y atrévete a mirar lo que va apareciendo en tu vida, lo bueno y lo malo.
Gracias Gloria, he intentado aportar mi granito de arena, ya ves que compartiendo descubres que las cargas se pueden hacer menos pesadas ;)