martes, 6 de enero de 2015

Poema del día

Cuando el mar ruge, la tempestad es inevitable... 
las olas golpean el corazón, salpicando en el rostro 
silenciosas gotas de sal... 
El concierto de Poseidón comienza despacio 
pero imparable, la fuerza del agua purifica el alma 
al precio de despertar viejos y olvidados males. 
La calma llega al final, 
y la sabiduría me espera en alguna parte...

Dedicado a la heroína que agotada sobrevivió al duro oleaje.

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