viernes, 15 de mayo de 2020

El cuerpo dolor (Abril 2010)

He recuperado esta entrada porque Blogger no me dejaba borrar un comentario de Spam que había en la entrada de 2010, así que ha disfrutarlo...

(Extracto del libro "Practicando el poder del ahora" de Eckhart Tolle, disponible en formato digital y descargable gratis)

Cuando pensabas que conocías a alguien y de repente te enfrentas con esta detestable criatura alienígena por primera vez, es probable que te lleves un buen susto. Pero es más importante observarla en ti mismo que en otras personas.
Busca cualquier señal de infelicidad en ti, del tipo que sea; puede tratarse del despertar del cuerpo-dolor. A veces toma la forma de irritación, impaciencia, un estado de ánimo sombrío, deseo de hacer daño, ira, furia, depresión, la necesidad de dramatizar las relaciones, etc. Atrápalo en el momento en que despierta de su estado latente.
Se alimentará de cualquier experiencia que resuene con su energía característica algo que produzca dolor del modo que sea: ira, ganas de destruir odio, pena, violencia e incluso enfermedad. Cuando se ha apropiado de ti, el cuerpo-dolor crea en tu vida una situación que refleje su propia frecuencia energética para poder alimentarse de ella. El dolor sólo puede alimentarse de dolor. 
En cuanto el cuerpo-dolor se apropia de ti, quieres más dolor. Te conviertes en una víctima o en un agresor. Quieres causar dolor, sufrirlo o las dos cosas. En realidad no hay mucha diferencia entre ambas. Como no eres consciente de lo que haces, afirmarás vehementemente que no quieres sufrir. Pero si miras de cerca verás que tu manera de comportarte y tu forma de pensar están diseñadas para perpetuar el dolor, tanto para tí mismo como para los demás. Si realmente fueras consciente de él, este patrón se disolvería, porque desear más dolor es una locura y nadie está conscientemente loco.
El cuerpo-dolor, que es una oscura sombra proyectada por el ego, en realidad teme la luz de tu conciencia. Tiene miedo de que lo descubras. Su supervivencia depende de que sigas identificándote inconscientemente con él, así como de tu miedo inconsciente a afrontar el dolor que habita en ti. Pero si no lo afrontas, si no llevas la luz de tu conciencia al dolor, te verás obligado a revivirlo una y otra vez.
El cuerpo-dolor puede parecerte un monstruo peligroso que no te atreves a mirar, pero te aseguro que es un fantasma insustancial incapaz de prevalecer ante el poder de tu presencia.

Me han gustado las frases "nadie está conscientemente loco" y lo de que "tener miedo a afrontar el dolor que habita en ti"... Ciertamente a veces parece que nuestras acciones nos llevan a sufrir más en vez de lo contrario, puede que una posible respuesta sea ésta, porque todos escondemos algún miedo, de forma consciente o inconsciente, y el miedo alimenta también el dolor si dejamos que nos domine. Este patrón mental explica muchas de las incongruencias que en ocasiones comenten los humanos.

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