En el tao -principio del universo y orden cósmico para los chinos- se dice que el hombre debe practicar el coito durante toda su vida, economizando su esperma. La pareja podrá aumentar su fuerza y su longevidad si consiguen disfrutar juntos y armonizar sus respiraciones.
Tanto
el hombre como la mujer nacidos bajo el signo de la Serpiente son
compañeros que destacan por su clarividencia, y no hay quien les iguale
para anticiparse a los deseos del otro. No obstante, su debilidad es su
afán de posesión, lo cual puede ser un obstáculo para el goce tántrico,
que preconiza un conveniente alejamiento del otro: hay que saber
conocerse y estimarse, pero no poseerse, pues en este juego de posesión
siempre hay un perdedor, algo que no tolera la sexualidad del tao.
A pesar de todo, estos nativos, como amantes, gozan de gran reputación en China.
En
la doctrina religiosa tántrica, la serpiente es la imagen de la fuerza
interior o Kundalini. Ésta se encuentra enrollada sobre sí misma en
forma de anillo (kundala) en una región que corresponde a la parte
inferior de la columna vertebral; la serpiente se despierta mediante las
prácticas destinadas a su espiritualización y sube a lo largo de las
ruedas (chakras) abriéndolas a la vida, hasta llegar al tercer ojo.
Simboliza
por tanto la ascensión de la libido y la fuerza, desde el sexo al
pensamiento, la manifestación de la vida renovada, la sublimación de la
personalidad.
De
aquí proviene la vinculación de la serpiente a la sexualidad en todo
Oriente, debido a la importancia que tiene el concepto yoga de la
Kundalini en la meditación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario