Somos los únicos responsables de nuestra felicidad. De nada sirve mendigar a otros que nos hagan felices, ni tampoco culpar a otros y responsabilizarlos de nuestra propia infelicidad. Por mucho daño que nos hayan podido hacer, sólo nosotros tenemos la llave de nuestros pensamientos y sentimientos. Sólo nosotros somos responsables de perdonar. Esto es un acto propio del único corazón del que disponemos. Aquí se encuentra la verdadera liberación del agredido y el verdadero poder interior. Hay que atreverse a expresar nuestros sentimientos, durante siglos hemos sido enseñados a que expresar emociones era cosa de débiles o de maleducados.
Negar el dolor es automáticamente aumentarlo. Negar es un modo de enseñar, y así se nos ha enseñado, que las emociones, los dolores, no importan, no son nada. Y así aprendemos a tragar en vez de sacar y limpiar.
¿Cuántas emociones habremos tragado con los años...?
¿Cuántas emociones reprimidas llevamos con nosotros cada día?
¿Cuanto daño nos hacemos expandiendo así el malestar por no enfrentarlo y sacarlo?
(Fuente: http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=716)
1 comentario:
Sabias palabras joven padawan. Si me permites añadiré esta frase de la mula Frantzis: "tan pronto como rechazas la situación en la que te encuentras, pierdes tu capacidad para transformarla".
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