Hay van unos consejos de evolución psicológica que he experimentado yo misma en este último año y que quiero compartir por si alguien más quiere probar. Mis logros (so far) han sido:
1. Eliminar el rencor del corazón por completo. A veces cuando nos hacen daño, uno perdona pero de forma inconsciente algo queda escondido en un pequeño rincón oscuro que no permite que la relación vuelva a la absoluta normalidad como antes. Ese sentimiento de rencor oculto, por leve que sea, no nos permite evolucionar porque nos quedamos anclados en un recuerdo que nos despierta sentimientos negativos hacia esa persona. Cuando de verdad eliminas el rencor, al 100%, perdonas y sigues adelante borrando ese pensamiento cuando hablas con esa persona. No olvidas, pero aprendes en qué aspectos debes tener cuidado, de forma que la relación simplemente cambia pero no empeora.
2. No darle vueltas a las cosas. De hecho el nombre del blog se inspira en esta vieja cualidad mía. El repetir mentalmente sucesos que nos han ocurrido o nos van a ocurrir y que nos preocupan, no nos ayuda en la mayoría de los casos. Del pasado podemos sacar la experiencia, pero una vez aprendida la lección, no tiene sentido recrear una y mil veces el recuerdo dentro de nuestra cabeza, porque no hay nada más que extraer. Hay que pasar página y evolucionar. Respecto al futuro, pues está bien tener algo de planificación para sentirnos más preparados, buscar recursos que nos ayuden, pero no merece la pena obsesionarse porque nos llevaría a una mala gestión, a perder la visión objetiva y equilibrada del asunto. Lo ideal siempre se ha dicho es permanecer la mayor parte del tiempo en el presente. Y además afirmo que se duerme mejor.
3. Desarrollar el instinto de supervivencia. Ayer veía un documental sobre el comportamiento de las neuronas y el libre albedrío. A veces repetimos pensamientos y conductas por pura inercia, porque es lo que hemos programado en nuestra mente. Sin embargo yo creo en la resistencia y en el inconformismo. Si hay que reprogramar las neuronas pues vamos a hacerlo. Tanto un estado eufórico como un estado depresivo consumen mucha energía, son nuestro yo alterado, pero no nuestro verdadero yo. Nuestro verdadero yo es el que busca el estado más cómodo, el que requiere el mínimo de energía, con un consumo responsable. No sé si por necesidad o por evolución, si me tiro mucho tiempo en el estado alterado mi cerebro activa un mecanismo de ahorro energético para volver a la normalidad. ¿Cómo se consigue esto? Pues escuchando más y dando el control a nuestro yo verdadero.
Nuestro destino como raza humana es evolucionar, así que teniendo a la ciencia de nuestra parte, no es tanto el esfuerzo para conseguirlo. Forza!
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