miércoles, 22 de julio de 2009

Polvo en el viento

Polvo que lleva las fragancias y olores de los lugares por los que el viento pasa; nuestro viento, nuestra vida... A veces tan sólo una suave brisa que nos deleita como una caricia, y otras soplando con fuerza, con violencia, aire ciego que derriba nuestras obras más queridas. Y nosotros, humildes marionetas luchando por comprender el sentido de una trayectoria sin dirección definida.
Diminutas partículas cambiantes, erosionadas y moldeadas por el viento escultor y la madre tierra de la que surgieron un día, que toman los colores y las formas de los paisajes por los que camina. Formando distintas figuras de una misma materia, etérea e invariante, en un mundo de mundos que nos fascina.
Viento sin rumbo fijo, a veces frío, a veces cálido, guiado por una intuición que se nos antoja divina, ante la injusticia que en ocasiones nos duele y nos castiga. Haciéndonos al mismo tiempo más resistentes, soportando el azote mientras mantenemos la ilusión de que mañana nos encontremos en el camino un campo de margaritas, cuya belleza sea de tal magnitud, que nos haga olvidar pasadas desdichas.
Y eso es lo que somos, polvo pensante que traza su senda ayudándose de los vientos que soplan en direcciones arbitrarias, quién sabe si predichas. Fluyendo con los pensamientos y las emociones que respira, viajando con esos aromas que nos acompañan igual que los recuerdos.

2 comentarios:

Adrian Tineo dijo...

Es muy bonito. ¿Es tuyo?

Anónimo dijo...

Sí, algo antiguo... Recuerdo que antes de publicarlo aquí sólo lo había compartido con un chico que me caía muy bien,... un heavy-pijo ;P

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