Las ideas que albergamos en nuestra mente, sean autovaloraciones positivas o evaluaciones personales negativas, influirán en nuestra conducta y en consecuencia, invitarán a los demás a formarse opiniones semejantes. Nuestras acciones y reacciones, nuestros silencios y nuestros arrebatos, indican a los demás lo que deben pensar acerca de nosotros.
Sin embargo, cada momento nos ofrece la oportunidad de realizar nuevos sueños, de alcanzar nuevas alturas, de cambiar el curso que recorremos actualmente, cualquiera que sea. Todo lo que necesitamos es transformar nuestra actitud, comprometernos con una nueva idea y creer en el potencial de la misma.
(La promesa de un nuevo día, Editorial Sirio)
Si yo creo en mi potencial pero los demás no, entonces ¿dónde está el fallo? ¿quizás en el autoengaño o en una mala proyección de mis ideas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario