lunes, 9 de mayo de 2011

El perdón

¿Por qué a veces nos cuesta menos perdonar a los demás que perdonarnos a nosotros mismos? Somos humanos, no dioses perfectos, por lo que podemos cometer errores y es ilógico pensar que jamás fallaremos. Si no nos perdonamos, no nos damos la oportunidad de evolucionar, porque cargaremos con la culpa de cada equivocación. Hay que caerse para aprender a levantarse, por lo tanto no debemos tener miedo. Seamos primero conscientes de nuestras limitaciones, y si hace falta corregir o mejorar algo, pongámonos a ello pero no nos conformemos. Más vale encender una vela que maldecir en la oscuridad. La verdad sobre nosotros mismos a veces nos duele y creo que es lo que no nos deja perdonarnos. De nada sirve el autocastigo sin perspectiva, mejor observa bien tu camino y entrénate más para no volver a caer. Y si te caes por cualquier motivo, acepta la caída y supérala. Si te hace falta una mano para levantarte, pídela.


  (Photo by lalesh aldarwish from Pexels)

3 comentarios:

Adrian Tineo dijo...

Nos enseñan que no hay que ser vanidosos, pero el vivir con el "mea culpa" como lema tampoco es sano. Sabias palabras yiyuuna.

Anónimo dijo...

una cosa es decirlo y otra sentirlo... he de reconocer que en ocasiones me cuesta porque soy demasiado autoexigente...

Anónimo dijo...

la frase de la vela es de Confucio...

Jung y la naturaleza animal pagana

 "Las fuerzas instintivas condenadas en el hombre civilizado son mucho más destructivas y por lo tanto más peligrosas que los instintos...