¿Por qué a veces nos cuesta menos perdonar a los demás que perdonarnos a nosotros mismos? Somos humanos, no dioses perfectos, por lo que podemos cometer errores y es ilógico pensar que jamás fallaremos. Si no nos perdonamos, no nos damos la oportunidad de evolucionar, porque cargaremos con la culpa de cada equivocación. Hay que caerse para aprender a levantarse, por lo tanto no debemos tener miedo. Seamos primero conscientes de nuestras limitaciones, y si hace falta corregir o mejorar algo, pongámonos a ello pero no nos conformemos. Más vale encender una vela que maldecir en la oscuridad. La verdad sobre nosotros mismos a veces nos duele y creo que es lo que no nos deja perdonarnos. De nada sirve el autocastigo sin perspectiva, mejor observa bien tu camino y entrénate más para no volver a caer. Y si te caes por cualquier motivo, acepta la caída y supérala. Si te hace falta una mano para levantarte, pídela.
(Photo by lalesh aldarwish from Pexels)
3 comentarios:
Nos enseñan que no hay que ser vanidosos, pero el vivir con el "mea culpa" como lema tampoco es sano. Sabias palabras yiyuuna.
una cosa es decirlo y otra sentirlo... he de reconocer que en ocasiones me cuesta porque soy demasiado autoexigente...
la frase de la vela es de Confucio...
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