domingo, 8 de mayo de 2011

La octava y novena regla del amor

La octava: el empeño
Si quieres amor, dá todo de tí mismo, refleja esa dedicación en tus pensamientos y en tus acciones.
La dedicación, el empeño es la verdadera prueba de amor pero debe ser verdadera y no abandonar la partida en el primer problema que te encuentres.
El empeño es lo que diferencia una relación fuerte de una frágil.

La novena regla: la pasión
La pasión es lo que enciende el amor y lo mantiene vivo.
Una pasión duradera no deriva sólo de la atracción física, sino de un cocktail de dedicación, entusiasmo, interés y excitación.
Se puede reencontrar la pasión recreando experiencias pasionales pasadas.
La espontaneidad y la sorpresa producen pasión.
Hay q vivir cada día con pasión.

1 comentario:

Asunción Cabello López dijo...

No siemrpe el empeño da sus frutos, hay que contar con la otra parte.
La pasión se pierde si se rompe contra la frialdad del otro.

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