viernes, 28 de octubre de 2022

Castrados sociales

 (Diciembre 1998)

"Hay tres cosas que no soporto, la hipocresía, la dependencia y la intolerancia. Pero sin duda alguna, la más incomprensible de todas es la última. Resulta curioso (no menos que penoso) ver como algunas personas pueden llegar a atrofiar su capacidad de juicio y comprensión de los demás. Es como si tuvieran archivados en algún lugar de su mente cerrada los prototipos de la sociedad y cuando te ven simplemente buscaran tu etiqueta correspondiente (*) sin intentar ver más allá de las apariencias o habladurías. No sé si este comportamiento es causa de una deficiente educación, un incompleto desarrollo de la adaptación social o un intento de protegerse a sí mismos de lo novedoso, de aquello que no conocen y temen conocer. Cada persona es un ser humano distinto e intrasferible (por pedante que parezca esta frase no podemos negarla) y se merece una oportunidad de demostrar cómo es. Puedo llegar a entender que por naturaleza solemos condicionarnos ante la misma secuencia de hechos, es decir, encontramos ciertas similitudes y buscamos en nuestra memoria algún tipo de definición que nos proporcione alguna referencia. Hasta aquí se puede aceptar, pero lo que no puedo sostener es que algunos (y van convirtiéndose ya en muchos) crean firmemente en ese modelo prefijado y caracterizado como el verdadero. En mi opinión debería mirarse al otro como alguien que podrá ser mejor o peor que tú en muchas cosas, con su propia forma de ser, sus costumbres (iguales o diferentes a las tuyas), que tendrá su vida y su historia particular. Alguien del que, a buen seguro, podrás aprender algo. Los castrados sociales están perdiendo esta riqueza de experiencias cada vez que colocan una etiqueta, aunque si no saben apreciar el valor que tienen las mismas, entonces quizás no las merezcan."

IUDEX

(*) Nota del presente: lo que ahora sabemos que se llama Sesgo.





martes, 18 de octubre de 2022

Keep energy for yourself

 Estoy leyendo un libro donde me he encontrado con esta frase "Guarda energia para ti". El mensaje ha resonado dentro de mi dejandome en trance. De hecho cada vez que la repito mentalmente se produce el mismo efecto que un koan recien escuchado de un maestro Zen.

                                                                          (photo credits)

La razón de por qué me provoca un armónico es que soy una persona que invierte siempre más energía en los demás que en mí misma, así que siento que es una frase que debería intentar seguir al menos parcialmente... "Keep some energy for yourself". Sin embargo pienso que no es fácil, al menos para mí, ponerla en práctica. Mis intentos de guardar energía para mí se convierten en períodos de aislamiento, de alejarme de las personas para así evitar darles demasiada energía. Aunque reconozco que también puedo puntualmente desear ser una ermitaña, lo cierto es que no es mi naturaleza, así que el aislamiento forzado como terapia de evasión no es la solución óptima. Sé lo que tengo que hacer para cambiar mi actitud y transformarla en algo más saludable para todos, pero sobretodo para mí, porque a veces el dar tanta energía a los demás significa que lo pongo por encima incluso de mis propias necesidades y esto no es sano. Mi cambio tiene que ser algo gradual, de reconocer que estoy dando mucho y probar a dar un poco menos, y la siguiente vez menos todavía. Reconocer que se puede mantener también la ilusión con acciones más humildes y nadie se va a sentir defraudado. No es mi misión ni mi responsabilidad el estar siempre al servicio de los demás. Por una vez voy a hacer caso a esta frase y a guardarme esa energía para quiensabe otros períodos de mi vida donde pueda necesitarla.


El ejercicio de las tres cosas buenas

 Antes de irte a la cama intenta pensar en tres cosas buenas que te han pasado o que has visto durante el día. Pueden ser cosas muy simples ...