Ciertamente si estás todo el rato hablando, no dejas oportunidad para escuchar a los demás. Yo debo reconocer que a veces me cuesta escuchar cuando estoy rallada por algo, sobretodo me pasaba más antes. Ahora, de un tiempo atrás, me he vuelto más callada (será también por tantas horas que me paso últimamente de silencio forzoso) y como me cuesta hablar pues escucho más. No sé si es algo pasajero o simplemente que conforme nos hacemos mayores, también nos hacemos más sabios, jejeje. En cualquier caso hay gente que se tira toda su vida sin escuchar a los demás, quizás porque piensan que todo lo suyo es más importante que lo otros puedan decir. También hay gente que está en el otro extremo, escucha siempre pero casi nunca comparte nada. Imagino que como en casi todo el equilibrio está en el medio, hay que saber escuchar a nuestros semejantes pero también hay que saber comunicar, a eso lo llamo yo un sabio completo. De todas las personas que he conocido a lo largo de mi vida, pocas hay que tengan en un poco de ambas partes, normalmente la gente se inclina más hacia un extremo.
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