jueves, 28 de abril de 2011

La tercera regla del amor

Donar. Quien quiera recibir amor no debe hacer otra cosa que dar amor. 
La diferencia entre la palabra "dar" y "donar" está en que el segundo término lleva implícito "dar" pero de forma desinteresada, sin esperar nada a cambio. Me gusta que el libro diga expresamente "donar" en vez de "dar". Aunque yo he tenido más de un debate sobre si dar amor a quien no lo necesita, o no lo valora, tiene algún sentido... Aquí especifica precisamente que debemos dar amor a aquellas personas que veamos tienen más carencia de este sentimiento, lo reconozcan o no. Habla de un modo de hacer que se parece a mi política de vida, haz el bien y no mires a quién. Sin embargo, por propia experiencia de llevar muchos años con esta filosofía, también digo que no siempre se recibe, así que estoy de acuerdo a medias con esta regla. Sí, cierto que donar amor significa darlo de forma incondicional y yo siempre lo he sentido así. Es muy reconfortante amar, incluso a veces me retroalimento de mi propia corriente, a mí me llena dar y lo reconozco, pero soy humana, y a veces puedo pasar por momentos bajos o tristes en mi vida en los que me gustaría recibir un poquito de amor de los demás, porque no vivo sóla en este mundo, y sin embargo, no siempre llega... y esas cosas no pueden pedirse, ni reprocharse, tienen que salirle a uno del corazón por propia iniciativa, de otro modo es una reacción y no una acción.

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