Quiero dedicar esta entrada a todos aquellos y aquellas que alguna vez han conectado conmigo ya sea física o virtualmente, desde este pequeño rincón os mando un pedazito de ese amor que dicen que crece cuando se reparte ^_^. El texto no es mío, es una adaptación que voy a hacer de un clásico que supongo alguno que otro habrá encontrado por ahí llamado Desiderata o algo así, al parecer es un texto encontrado en 1693 en la Iglesia de Saint Paul, Baltimore, o eso dicen...
(música para poner de fondo mientras lees)
Anda plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda que siempre puedes encontrar la paz en tu propio silencio interior. Vive en buenos términos con todas las personas, todo lo que puedas sin rendirte. Di tu verdad tranquila y claramente; escucha a los demás, incluso al aburrido y al ignorante; ellos también tienen su historia. No te busques en los demás, si te comparas con otros, puedes volverte vanidoso y amargo; porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú. Disfruta de tus logros así como de tus planes. Mantén el interés en tu propia carrera, aunque sea humilde... Sé tú mismo. Especialmente no finjas afectos. Tampoco seas cínico respecto al amor, porque frente a toda aridez y desencanto, el amor verdadero es perenne y nos nutre... Recoge mansamente el consejo de los años. Nutre tu fuerza espiritual para que te proteja en la desgracia repentina. Pero no te angusties con fantasías. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad. Junto con una sana disciplina, sé amable contigo mismo. Tú tienes derecho a estar aquí y te resulte evidente o no, el universo se desenvuelve como debe. Por lo tanto mantente en paz, cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones, mantén en la ruidosa confusión, paz con tu alma.
Con todas sus farsas, trabajos y sueños rotos, éste sigue siendo un mundo hermoso. Ten cuidado, esfuérzate en ser felíz, sólo depende de tí.
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