miércoles, 11 de agosto de 2010

Comparación por perfiles

Me he puesto a mirar entradas antiguas porque creía que ya había hablado de esto pero acabo de comprobar que no... por cierto que ya tengo una buena colección de post sobre psicología que bien demuestran la de tiempo que llevo haciendo terapia sin título oficial jajaja
Pues eso que me apetece hablar del comportamiento humano, que hace tiempo que no lo hago... pues si el nombre de este post viene de la manía que tenemos de compararnos con los demás. Si bien esta actitud ante todo hay que evitarla, pues cada uno somos lo que somos de acuerdo a nuestra genetica, posibilidades, actitud y circunstancias particulares que mucho, poco o nada tienen que ver con las de la otra persona con la que nos comparamos; también es verdad que a veces nos salta esta comparación de forma automática y no vamos a negarlo. En este caso lo que hay que evitar es la comparación parcial, es decir, comparamos únicamente algunas características y no el perfil completo. Pongamos un ejemplo sencillo, digamos que una persona obesa quiere perder peso, va paseando por la calle y ve una persona delgada, se enfoca sólo en la cualidad de la constitución y hace una comparación desigual del tipo "esa persona está delgada, yo no; esa persona es mejor que yo". El error de esta afirmación está en basar todo nuestro valor en un único patrón de nuestro perfil, precisamente aquel que desearíamos cambiar, cuando nuestro perfil está compuesto de muchas características, y para hacer una comparación justa de perfiles habría que ver uno y cada uno de los patrones. Siempre que nos comparemos con los demás basándonos únicamente en nuestros defectos o debilidades saldremos perdiendo porque siempre vamos a encontrar a gente que es mejor en esos aspectos que nosotros, pero si hiciéramos una valoración global igual la balanza podría inclinarse a nuestro favor. Volvamos al ejemplo anterior, pongamos que la persona delgada es.... digámoslo un poco a lo bestia... gilipollas, una persona de esas que disfruta pisoteando y menospreciando a los demás, egoista, poco inteligente y más "bonitos apelativos" que se os ocurran; pongamos que la persona gorda es todo lo contrario, solidaria, generosa, inteligente y cariñosa. Si tuviéramos que hacer una valoración completa de ambos perfiles, sale ganando la persona gorda con gran diferencia sobre la otra, sin embargo, si nos ceñimos a un único criterio, a un sólo patrón... estaremos cediendo a los mediocres valores que nos venden en las mayoría de campañas publicitarias, que buscan a veces la provocación para aumentar las ventas, pero que tienen sin duda efectos colaterales en la sociedad que se rige por el padre-nuestro televisivo. 
Es difícil quitarnos de la cabeza tantos comportamientos inútiles como este de la comparación parcial de perfiles, pero cuando no lo puedas evitar, trata al menos que hacerlo bien, es decir, haz la comparación total (igual te llevas una sorpresa, pues hay grandes defectos que no siempre saltan a la vista) y si no puedes hacerla pues quizás es mejor dejarlo para otro día... 

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