domingo, 7 de marzo de 2010

Viejas batallas que salen a la luz

(Extracto)
Tras el golpe de ira que aún late en mis venas, sólo me queda el refugio de la inconsciencia. Allí se esconden mis temores, por el miedo de ser vencidos y derrotados para siempre. En ese rincón de mi cerebro todo se colapsa y cae, cayendo yo también, aunque no me importa, ya no me importa, sólo me dejo arrastrar sin saber a dónde me llevará aquello que no sé nombrar. El dolor se camufla y se viste con disfraz de paisano, me acompaña y cae conmigo también. Cuán fácil resulta decir "Estoy bien" y escapar a una ilusión fingida.
Resulta difícil explicar lo que siento, mis experiencias o conmociones producto de este viaje introspectivo tan singular. Podría estar horas y horas así, sin que nada cambiara, sin que yo me diera cuenta de que algo cambia. Las voces se convierten en ecos lejanos que nunca alcanzan a su receptor y acaban apagándose. Las luces son flashes difuminados, como los colores que pierden su escala llena de contrastes... Ahora sólo quedamos los dos: mi abismo y yo, o quizás somos la misma cosa ¿qué más da? 
...
¡Algún día te venceré, oh, destino! Caerán las máscaras en este baile cruel. 
...
Lágrimas, lluvia, lágrimas.
Quizás todo termine algún día,
quizás alguna vez todo se acabe.

(Y Hoy)
El abismo fue derrotado, pero el destino escapó saliendo ileso de la batalla... como casi siempre.

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