jueves, 9 de julio de 2009

Esa complicada palabra llamada amistad

Aqui viene la segunda parte de una famosa entrada que encontraréis en el archivo donde adquirí un tono un tanto ... como decirlo... exigente... Bien, ahora reconozco que me dejé un poco llegar por el idealismo sin control. Cierto que soy una persona muy exigente conmigo misma y muy autocrítica, a veces demasiado, pero otra cosa es que ese nivel de exigencia lo aplique a los demás. He tenido varios encontronazos (a ver sin que llegara la sangre al río) verbales con amig@s precisamente por tener distintas visiones de la amistad. Ahora sé que no puedo exigir a esas personas que alcancen un nivel de amistad que no comprenden, porque nunca lo han tenido, siempre se han conformado con un tratamiento más distante, más pasivo, más cómodo, y eso tengo que respetarlo. Sin embargo, a veces tiendo a interpretar esa conducta, tan lejana de la mía, como que les importo un pimiento (por decirlo fino) y no puedo evitar sentir rencor hacia ell@s. Aunque en realidad me tengan cariño... a su manera. Rencor que surge de la decepción que siento porque son personas que me importan, a las que quiero, con las que me gustaría tener una relación de amistad a mi manera, pero no puede ser. Debo al final ser yo la que me baje a su nivel, si quiero aunque sea de vez en cuando saber algo de ell@s. Desde aquí prometo adoptar una postura de más respeto hacia estas personas.

Quizás yo tengo un volumen de energía mayor de la media, no sé..., por eso tengo tantas aficiones y tantas ganas de hacer cosas. Menos mal que habitualmente estoy bajo control, a veces me paso y me convierto en mi opuesto... ermitaña, desconfiada y esquiva (aunque los ataques de autismo me suelen durar poco)... otras tengo la energía al máximo, tanto que llego a "sentirla" en mis manos, no me lo estoy inventando (va a parecer una coincidencia pero he tenido alguno de esos días en el trabajo y, si el aire de la habitación era lo suficiente conductivo, soltaba descargas, literalmente). Asi que seguiré con mi yoga y mi meditación pa controlar mis poderes jejeje.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sobre los ataques de aislamiento (autismo), a decir verdad, creo que a veces son necesarios, como me recomendaba una amiga... La mayor parte del tiempo estamos embuidos en el bullicio de todas las obligaciones, las relaciones, las tareas pendientes... y no nos dejan tiempo para hacer algo tan simple como pensar y escucharnos a nosotros mismos. El problema en mi caso es que a veces no controlo estos ataques y me dan en situaciones no apropiadas...

Unknown dijo...

Esres muy buena amiga, te das al 100%.

Ojalá pudiera "darme" tanto como tú, ojalá tuviera tanto que ofrecer como tú.

Eres increible y no dudes nunca.

Anónimo dijo...

joer Vane no me digas esas cosas q me pongo sensible y te mato a abrazos XDDDD
Y que jamás te vuelva a escuchar diciendo que "no tienes tanto que ofrecer", no estoy de acuerdo, precisamente cada ración de lo que me ofreces, lo disfruto tanto que me dejas siempre con ganas de más, pero eso ya es un comportamiento mío que debo gestionar...

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