martes, 14 de septiembre de 2010

Maltratos

¿Qué sensación siente un maltratador cuando pega, humilla o hace cualquier tipo de vejación a otros? ¿Acaso sus fechorías le hacen sentirse más poderos@? ¿más respetad@ ante posibles testigos? ¿esconde en esas acciones sus miedos?¿lo que odia del otro es quizás lo que más odia de sí mismo? Las respuestas sólo la tienen aquellos que han maltratado a alguien alguna vez en su vida, el resto sólo podemos tratar de averiguarlas pero estamos condenados a no comprender jamás lo que pasa por la mente de estas "personas", lo pongo entre comillas porque considero que cualquiera capaz de hacer sufrir a otra persona de forma consciente automáticamente viene rebajada su categoría de "persona"... Sí puedo imaginar lo que pasa por la mente de las víctimas ¿por qué yo?, quisiera ser más tonto, menos gordo o más guapo... quisiera ser otra persona, una a la que dejaran en paz, a la que dejaran vivir con normalidad... los maltratos en la fase adulta son tb duros pero más fáciles de superar comparados con los maltratos en la infancia. Si queremos entender por qué somos como somos, a veces sólo basta echar un vistazo a nuestro pasado, a nuestras experiencias... y poco a poco iremos descubriendo las claves que han marcado nuestra personalidad. Los maltratos son marcas que dejan huellas profundas, tan profundas que a veces pasan muchos años hasta que un día salen a la luz. En mi caso particular yo nunca quise hablar de ello con nadie, ni con mi familia, ni con amigos, ni con profesores,... un largo silencio que he roto hace apenas dos días y que me ha hecho darme cuenta de cuánto sufrimiento inútil pasé por no querer compartir, por no pedir ayuda... era sólo una niña y no quería llamar la atención, no quería hacer público el acoso psicológico al que me sometían algunas compañeras de clase, un día y otro también,... podía sentir su odio cuando se metían conmigo y descargaban en sus insultos toda su envidia... dicen que los niños no tienen maldad, pero yo creo que algunos aprenden antes lo que es el mal que lo que es el bien... luego vinieron los chantajes y yo cometí el error de contentarlas para que así no se metieran tanto conmigo, pero las exigencias iban cada vez a más y llegó un momento que no soporté tanta presión (cuánta presión se puede aguantar con 12 años?) y me negé a seguirles el juego. Aquello supuso tres años de maltrato psicológico continuado, de callarme a esperar que pasara la tormenta, de noches de llanto, de fingir que todo en el colegio iba bien... ahora sé que no tenía que haber jugado a ser adulta, porque todo maltrato deja huella si lo escondemos en nuestro corazón tratando de enterrarlo en el olvido, ... ¿por qué somos comos somos?  tenemos la respuesta pero a veces no queremos encontrarla... Durante los siguientes años recibiría vejaciones aisladas, ya no del mism@ matratador/a, que no habrían tenido tanta importancia sino me hubieran recordado en cada momento a aquella etapa pasada...Ahora que por primera vez en mi vida soy capaz de hablar de ello, animo desde este pequeño rincón a todos aquellos que han sufrido o que sufren algún tipo de maltrato, sea en el colegio, en el trabajo, lo llamen moving o bulling o como sea... a que no se callen, a que no traten de quitarle importancia a la cosa pensando que algún día se cansarán y ya está... porque es un sufrimiento inútil, tu sufrimiento, que el/la maltratador/a no se merece en absoluto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

quizás me ha quedado muy peliculero pero en ocasiones la realidad supera a la ficción...
así algunos entiendan ahora mejor mi personalidad...

El ejercicio de las tres cosas buenas

 Antes de irte a la cama intenta pensar en tres cosas buenas que te han pasado o que has visto durante el día. Pueden ser cosas muy simples ...