miércoles, 26 de agosto de 2009

La ira

Normalmente no me da por manifestar esta emoción, suelo tener tendencia más hacia la tristeza, la alegría, la indiferencia o la apatía,... sin embargo, cuando a veces se despierta esta emoción en mí, me sorprende la fuerza que puede llegar a tener. A veces el motivo es sólo una excusa, en realidad no es para ponerse así, pero es como si tuviera que sacar esa rabia de algún modo. Alguna vez la he soltado cantando, otras corriendo, o haciendo algo sóla, pero procuro no hablar con nadie cuando siento la ira, porque sé que puedo hacer daño, un daño injustificado, sólo porque en esos momentos me cuesta controlarla y necesito sacarla fuera, o esperar que se calme.
Son curiosas las emociones, cuesta razonar con ellas... A veces incluso te dan la razón, pero siguen ahí, es como si te dijeran: "Sí, sí, tienes toda la razón y es cierto lo que dices, pero yo de aquí no me muevo". En otras ocasiones, después de razonar contigo misma, aparentemente han desaparecido, no las ves y piensas: "Bien, lo conseguí, al final viendo las cosas con objetividad se pueden resolver", pero ah, qué listas son las emociones, tan sólo están escondidas, camufladas quizás con otras emociones para pasar desapercibidas, para que no las veas. Hasta que un buen día, zas! ahí que vuelven a salir, y tú que te preguntas "Pero tú qué haces otra vez aquí si ya te había vencido?". A lo que la emoción te contesta: "Eso es lo que tú te habías creído pringá!". En fin, seguiré dialogando con mis emociones, al menos hacen que de vez en cuando salga de la rutina.
P.D.: proximamente.... El miedo.

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